LA GALLINA REÚNE SUS POLLITOS DEBAJO DE SUS ALAS”
Poco antes de morir, Jesús se detuvo a contemplar por un instante la capital del pueblo judío y dijo con tristeza: “Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella..., ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron” (Mateo 23:37).
Uno de los instintos más fuertes de los pájaros es el de proteger a sus polluelos. Las aves que hacen sus nidos en el suelo, como las gallinas, deben estar muy atentas al peligro. Si la gallina ve un halcón al acecho, emite una fuerte llamada de alerta, y sus pollitos enseguida corren a resguardarse bajo sus alas. Allí también se protegen del sol abrasador y de la lluvia intensa. Jesús quería darles a los habitantes de Jerusalén una protección similar en sentido espiritual. Y hoy nos invita a acudir a él para protegernos de la ansiedad y aliviarnos las cargas de la vida diaria (Mateo 11:28, 29).
Sin duda, tenemos mucho que aprender de las aves. La próxima vez que observemos su comportamiento, intentemos recordar las comparaciones de la Biblia. Cuando veamos la golondrina, valoremos el lugar donde adoramos a Jehová. Confiemos en que él nos dará el poder para remontarnos como el águila. Acudamos a Jesús para hallar verdades espirituales que nos protejan del peligro, tal como la gallina protege a sus polluelos. Y no dejemos de imitar a la cigüeña, fijándono
LA GALLINA REÚNE SUS POLLITOS DEBAJO DE SUS ALAS”
Poco antes de morir, Jesús se detuvo a contemplar por un instante la capital del pueblo judío y dijo con tristeza: “Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella..., ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron” (Mateo 23:37).
Uno de los instintos más fuertes de los pájaros es el de proteger a sus polluelos. Las aves que hacen sus nidos en el suelo, como las gallinas, deben estar muy atentas al peligro. Si la gallina ve un halcón al acecho, emite una fuerte llamada de alerta, y sus pollitos enseguida corren a resguardarse bajo sus alas. Allí también se protegen del sol abrasador y de la lluvia intensa. Jesús quería darles a los habitantes de Jerusalén una protección similar en sentido espiritual. Y hoy nos invita a acudir a él para protegernos de la ansiedad y aliviarnos las cargas de la vida diaria (Mateo 11:28, 29).
Sin duda, tenemos mucho que aprender de las aves. La próxima vez que observemos su comportamiento, intentemos recordar las comparaciones de la Biblia. Cuando veamos la golondrina, valoremos el lugar donde adoramos a Jehová. Confiemos en que él nos dará el poder para remontarnos como el águila. Acudamos a Jesús para hallar verdades espirituales que nos protejan del peligro, tal como la gallina protege a sus polluelos. Y no dejemos de imitar a la cigüeña, fijándono