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PRIMERO DEBEMOS CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS
7. ¿Por qué deberían primero autoexaminarse los que piensan casarse?
¿Nos parece fácil enumerar las cualidades que nos gustaría que tuviera nuestra pareja? Para la mayoría sí lo es. Sin embargo, ¿qué puede decirse de nuestras cualidades? ¿Qué cualidades tengo yo que puedan contribuir al éxito de mi matrimonio? ¿Qué clase de esposo o esposa seré? Por ejemplo, ¿admito sin vacilar mis errores y acepto el consejo, o siempre me pongo a la defensiva cuando me corrigen? ¿Soy normalmente alegre y optimista, o suelo ser pesimista y quejumbroso? (Proverbios 8:33; 15:15.) Recordemos que el matrimonio no va a cambiar nuestra personalidad. Si somos orgullosos, hipersensibles o muy pesimistas de solteros, seremos igual de casados. Puesto que es difícil vernos a nosotros mismos como nos ven los demás, ¿por qué no pedimos a nuestros padres o a un amigo de confianza su opinión sincera y sus recomendaciones? Si vemos que podemos efectuar algún cambio, trabajemos en ello antes de contemplar el matrimonio.
7. ¿Por qué deberían primero autoexaminarse los que piensan casarse?
¿Nos parece fácil enumerar las cualidades que nos gustaría que tuviera nuestra pareja? Para la mayoría sí lo es. Sin embargo, ¿qué puede decirse de nuestras cualidades? ¿Qué cualidades tengo yo que puedan contribuir al éxito de mi matrimonio? ¿Qué clase de esposo o esposa seré? Por ejemplo, ¿admito sin vacilar mis errores y acepto el consejo, o siempre me pongo a la defensiva cuando me corrigen? ¿Soy normalmente alegre y optimista, o suelo ser pesimista y quejumbroso? (Proverbios 8:33; 15:15.) Recordemos que el matrimonio no va a cambiar nuestra personalidad. Si somos orgullosos, hipersensibles o muy pesimistas de solteros, seremos igual de casados. Puesto que es difícil vernos a nosotros mismos como nos ven los demás, ¿por qué no pedimos a nuestros padres o a un amigo de confianza su opinión sincera y sus recomendaciones? Si vemos que podemos efectuar algún cambio, trabajemos en ello antes de contemplar el matrimonio.
PRIMERO DEBEMOS CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS
7. ¿Por qué deberían primero autoexaminarse los que piensan casarse?
¿Nos parece fácil enumerar las cualidades que nos gustaría que tuviera nuestra pareja? Para la mayoría sí lo es. Sin embargo, ¿qué puede decirse de nuestras cualidades? ¿Qué cualidades tengo yo que puedan contribuir al éxito de mi matrimonio? ¿Qué clase de esposo o esposa seré? Por ejemplo, ¿admito sin vacilar mis errores y acepto el consejo, o siempre me pongo a la defensiva cuando me corrigen? ¿Soy normalmente alegre y optimista, o suelo ser pesimista y quejumbroso? (Proverbios 8:33; 15:15.) Recordemos que el matrimonio no va a cambiar nuestra personalidad. Si somos orgullosos, hipersensibles o muy pesimistas de solteros, seremos igual de casados. Puesto que es difícil vernos a nosotros mismos como nos ven los demás, ¿por qué no pedimos a nuestros padres o a un amigo de confianza su opinión sincera y sus recomendaciones? Si vemos que podemos efectuar algún cambio, trabajemos en ello antes de contemplar el matrimonio.
