Con el paso de los meses, el Ejército Blanco comenzó a atacar por numerosos flancos para intentar encerrar a los bolcheviques que, poco a poco, iban quedando sin territorios que dominar, al mismo tiempo que los blancos avanzaban hacia el centro.

En una situación que parecía de victoria, y tras algunos pactos firmados entre naciones extranjeras y el gobierno bolchevique, los países aliados del Ejército Blanco retiraron gran parte de sus hombres y armamento ocasionando que la ventaja blanca fuera decreciendo. La nueva situación hizo que los bolcheviques comenzaran el contraataque contra las tropas blancas e iniciarán la recuperación de sus territorios.

El poder de los bolcheviques volvió a ser superior y, por ello, las tropas del Ejército Blanco se tuvieron que retirar hacia el este, mientras que los rojos tomaban todas las regiones que sus enemigos iban abandonando. Durante años, los restos del Ejército Blanco se mantuvieron en la zona de Crimea, mientras que los bolcheviques tomaban toda la región y ganaban la guerra.