Amália Rodrigues
Portugués conocido en todo el mundo
Amalia Rodrigues
Es la diva nacional del Fado, la máxima intérprete de este género de música genuinamente portuguesa. Nació en una humilde familia lisboeta en un barrio popular de la capital. Pronto se acostumbró a las canciones de la gente, por las varitas y las lavanderas. Desde muy pequeña ha trabajado en diversas actividades como vendedora de frutas. A los quince años ya se le reconoce como una voz excepcional en la calle, con sus gritos vendiendo fruta. Conoce a un guitarrista aficionado con el que se casará. A partir de entonces, comenzó a cantar en casas de fado y a aparecer en obras de teatro. Cuenta con el apoyo de artistas modernistas portugueses como Almada Negreiros y António Ferro, que poco a poco construyen más que una carrera, una leyenda.
Portugués conocido en todo el mundo
Amalia Rodrigues
Es la diva nacional del Fado, la máxima intérprete de este género de música genuinamente portuguesa. Nació en una humilde familia lisboeta en un barrio popular de la capital. Pronto se acostumbró a las canciones de la gente, por las varitas y las lavanderas. Desde muy pequeña ha trabajado en diversas actividades como vendedora de frutas. A los quince años ya se le reconoce como una voz excepcional en la calle, con sus gritos vendiendo fruta. Conoce a un guitarrista aficionado con el que se casará. A partir de entonces, comenzó a cantar en casas de fado y a aparecer en obras de teatro. Cuenta con el apoyo de artistas modernistas portugueses como Almada Negreiros y António Ferro, que poco a poco construyen más que una carrera, una leyenda.
Amália Rodrigues
Portugués conocido en todo el mundo
Amalia Rodrigues
Es la diva nacional del Fado, la máxima intérprete de este género de música genuinamente portuguesa. Nació en una humilde familia lisboeta en un barrio popular de la capital. Pronto se acostumbró a las canciones de la gente, por las varitas y las lavanderas. Desde muy pequeña ha trabajado en diversas actividades como vendedora de frutas. A los quince años ya se le reconoce como una voz excepcional en la calle, con sus gritos vendiendo fruta. Conoce a un guitarrista aficionado con el que se casará. A partir de entonces, comenzó a cantar en casas de fado y a aparecer en obras de teatro. Cuenta con el apoyo de artistas modernistas portugueses como Almada Negreiros y António Ferro, que poco a poco construyen más que una carrera, una leyenda.
