Rasgos
La personalidad permite construir una identidad propia y adaptarse al mundo y al entorno. Caracteriza a las personas y las hace únicas. Incluye rasgos tanto positivos como negativos (o más bien, considerados socialmente así), como por ejemplo la empatía, la solidaridad, la ira, el optimismo, el pesimismo, la alegría, el malhumor, la sinceridad, la honestidad, el rencor, etc.
También podemos hablar de “rasgos” de personalidad; los conjunto de rasgos comunes constituyen los diferentes tipos de personalidad. Así, podemos hablar de personas con tendencias depresivas, personas dependientes, y hasta un sinfín más.
Es decir, la personalidad está formada por los rasgos que definen a la persona. Ésta es bastante estable en el tiempo, así como transituacionalmente (en diferentes situaciones), si bien es cierto que con matices, ya que hay situaciones más extremas que otras, y que pueden llevar a la persona a comportarse de maneras nunca pensadas o nunca antes vividas.
La personalidad permite construir una identidad propia y adaptarse al mundo y al entorno. Caracteriza a las personas y las hace únicas. Incluye rasgos tanto positivos como negativos (o más bien, considerados socialmente así), como por ejemplo la empatía, la solidaridad, la ira, el optimismo, el pesimismo, la alegría, el malhumor, la sinceridad, la honestidad, el rencor, etc.
También podemos hablar de “rasgos” de personalidad; los conjunto de rasgos comunes constituyen los diferentes tipos de personalidad. Así, podemos hablar de personas con tendencias depresivas, personas dependientes, y hasta un sinfín más.
Es decir, la personalidad está formada por los rasgos que definen a la persona. Ésta es bastante estable en el tiempo, así como transituacionalmente (en diferentes situaciones), si bien es cierto que con matices, ya que hay situaciones más extremas que otras, y que pueden llevar a la persona a comportarse de maneras nunca pensadas o nunca antes vividas.
Rasgos
La personalidad permite construir una identidad propia y adaptarse al mundo y al entorno. Caracteriza a las personas y las hace únicas. Incluye rasgos tanto positivos como negativos (o más bien, considerados socialmente así), como por ejemplo la empatía, la solidaridad, la ira, el optimismo, el pesimismo, la alegría, el malhumor, la sinceridad, la honestidad, el rencor, etc.
También podemos hablar de “rasgos” de personalidad; los conjunto de rasgos comunes constituyen los diferentes tipos de personalidad. Así, podemos hablar de personas con tendencias depresivas, personas dependientes, y hasta un sinfín más.
Es decir, la personalidad está formada por los rasgos que definen a la persona. Ésta es bastante estable en el tiempo, así como transituacionalmente (en diferentes situaciones), si bien es cierto que con matices, ya que hay situaciones más extremas que otras, y que pueden llevar a la persona a comportarse de maneras nunca pensadas o nunca antes vividas.
