¿Cómo afectan los acontecimientos vitales?
Pese a que parece haber quedado claro que la felicidad es hereditaria en cierta medida, nuestros genes solo la determinarían en un 50 %.
Esta tendencia con la que nacemos determina un nivel basal de felicidad que varía de un individuo a otro y es a la que volvemos tras experimentar sucesos fuera de lo común. Y es que tendemos a pensar que nuestra reciente ruptura nos hará infelices para siempre o que ganar la lotería nos convertiría en personas plenas, pero esto no es así.
Se han realizado algunos estudios con personas que han vivido acontecimientos impactantes que, a primera vista, deberían influir enormemente en su felicidad: haber ganado la lotería o haber quedado parapléjicos tras un accidente. Paradójicamente, la felicidad de estos individuos duró solo unos meses, volviendo prácticamente a su línea base con el paso del tiempo. Y es que los acontecimientos puntuales que vivimos parecen tener una influencia de apenas un 10 %.
Pese a que parece haber quedado claro que la felicidad es hereditaria en cierta medida, nuestros genes solo la determinarían en un 50 %.
Esta tendencia con la que nacemos determina un nivel basal de felicidad que varía de un individuo a otro y es a la que volvemos tras experimentar sucesos fuera de lo común. Y es que tendemos a pensar que nuestra reciente ruptura nos hará infelices para siempre o que ganar la lotería nos convertiría en personas plenas, pero esto no es así.
Se han realizado algunos estudios con personas que han vivido acontecimientos impactantes que, a primera vista, deberían influir enormemente en su felicidad: haber ganado la lotería o haber quedado parapléjicos tras un accidente. Paradójicamente, la felicidad de estos individuos duró solo unos meses, volviendo prácticamente a su línea base con el paso del tiempo. Y es que los acontecimientos puntuales que vivimos parecen tener una influencia de apenas un 10 %.
¿Cómo afectan los acontecimientos vitales?
Pese a que parece haber quedado claro que la felicidad es hereditaria en cierta medida, nuestros genes solo la determinarían en un 50 %.
Esta tendencia con la que nacemos determina un nivel basal de felicidad que varía de un individuo a otro y es a la que volvemos tras experimentar sucesos fuera de lo común. Y es que tendemos a pensar que nuestra reciente ruptura nos hará infelices para siempre o que ganar la lotería nos convertiría en personas plenas, pero esto no es así.
Se han realizado algunos estudios con personas que han vivido acontecimientos impactantes que, a primera vista, deberían influir enormemente en su felicidad: haber ganado la lotería o haber quedado parapléjicos tras un accidente. Paradójicamente, la felicidad de estos individuos duró solo unos meses, volviendo prácticamente a su línea base con el paso del tiempo. Y es que los acontecimientos puntuales que vivimos parecen tener una influencia de apenas un 10 %.
