La clase de entretenimiento no es lo único que debemos controlar con atención. También debemos vigilar el tiempo que le dedicamos, porque, si no, podemos pasar más tiempo divirtiéndonos que sirviendo a Jehová. Primero, averigüemos cuánto es en realidad. Para ello, podríamos anotar en un calendario las horas que pasamos durante una semana viendo la televisión, navegando por Internet y jugando con nuestro dispositivo móvil. Si descubrimos que dedicamos demasiado tiempo a estas cosas, tratemos de hacer un horario. Incluyamos primero las actividades más importantes y luego fijemos tiempo para el entretenimiento. Después, pidámosle a Jehová que nos ayude a apegarnos a ese horario. Así tendremos el tiempo y las energías que necesitamos para el estudio personal de la Biblia, la adoración en familia, las reuniones y la obra de predicar y hacer discípulos. Además, no nos sentiremos culpables de dedicar un rato al entretenimiento.
La clase de entretenimiento no es lo único que debemos controlar con atención. También debemos vigilar el tiempo que le dedicamos, porque, si no, podemos pasar más tiempo divirtiéndonos que sirviendo a Jehová. Primero, averigüemos cuánto es en realidad. Para ello, podríamos anotar en un calendario las horas que pasamos durante una semana viendo la televisión, navegando por Internet y jugando con nuestro dispositivo móvil. Si descubrimos que dedicamos demasiado tiempo a estas cosas, tratemos de hacer un horario. Incluyamos primero las actividades más importantes y luego fijemos tiempo para el entretenimiento. Después, pidámosle a Jehová que nos ayude a apegarnos a ese horario. Así tendremos el tiempo y las energías que necesitamos para el estudio personal de la Biblia, la adoración en familia, las reuniones y la obra de predicar y hacer discípulos. Además, no nos sentiremos culpables de dedicar un rato al entretenimiento.

