Se imagina el día en que nos levantemos sin problemas, sin angustias, sin lágrimas ni muerte? Difícil imaginarlo puesto que estamos rodeados de todo eso. Es lo que vemos a diario, es lo que sentimos, es el pan de cada día como dicen algunos. ¿Pero sabe de la esperanza que habla la Biblia? De seguro conoce el Padre nuestro de memoria. La oración con la que Jesús enseño a sus discípulos a orar. En ella habla de un Reino y pedimos que venga ese Reino. Mediante ese Reino, Jehová mediante su Rey nombrado Jesús, traerá bendiciones a la tierra como las que hizo cuando estuvo en la tierra. Curó todo tipo de enfermedades, calmó tormentas, alimento a miles y resucitó a muertos. También les dio ánimo y consuelo a las personas que "estaban maltratadas y abandonadas como ovejas sin pastor". (Mateo 9:36) ¡Qué gran Rey! Pero una cosa es saberlo y hasta desearlo, y otra es hacer lo necesario para ser súbditos de ese Reino. No podemos esperar estar allí si desde ahora no nos esforzamos por ser leales.