18 PENUMBRA
La noche, mi amiga inseparable y compañera auténtica en mis desvelos y mis insomnios. Serena, taciturna y silente embriagas los cuerpos y los depositas en sus propias tumbas. Sus cuerpos pesados e inanimados vencidos por el sueño y postrados en sus mausoleos oníricos entregados al gran Morfeo. La luna, desde arriba ejerce su poderío y en complicidad con la noche, le da ese misticismo mágico que nos invita al descanso, a las celebraciones y a la locura. Tú, como emperatriz del cielo conoces todos los secretos más guardados de los títeres que aún no mueren.
Y yo, desafiando sus presencias me mantengo aquí, vivo, respirando sin poder penetrar mis propios pensamientos, desvelándome y girando sobre mí ser, todo lo que pude haber hecho y no hice, todo lo que pude decir y no dije y todo lo que dije y todavía nadie escucha.
Aquí retraído del mundo absurdo que se conduce inevitablemente hacia su propia destrucción. Yo aquí divagando en el inframundo, donde todo es confuso, borroso y vacío, sorteando a cada instante mis pasos y permeando las sombras agitadas de los recuerdos que no cesan.
Entregado totalmente al sentir de los humanos, pensando como humano y muriendo lentamente como humano. Bebiendo de mis errores y emborrachándome con mis pasiones. Mirando de frente la calidez de los gestos y las caricias. Pero, sin lograr extender mi mano y alcanzarlos.
Solo, entre tantos cuerpos tumbados y enajenados a la voluntad de Morfeo. Solo y triste, observando tras el cristal que separa el inframundo de lo que queda del mundo real. Ensimismado, absorto; lamentándome por todos mis desaciertos y jugando a la perfección de mis sentimientos por encima de lo que realmente soy y de lo que realmente siento.
Sigo aquí, como ya desde hace mucho tiempo intentando conciliar lo que soy y lo que realmente pienso, buscándole el sentido a lo que a diario estoy viviendo.
Aquí estoy señora noche, estoy aquí amada luna, desafiando al carrusel que ya acaba mi cordura. Apiádense de mí en esta noche de penumbras. Y donde quiera que esté, van allá y le acurrucan, apretándole contra sus pechos y susurrándole al oído, las cosas que de mis labios no ha escuchado nunca.
(c)(r) Edgar Pérez
#MiExtrañoMundoParalelo
La noche, mi amiga inseparable y compañera auténtica en mis desvelos y mis insomnios. Serena, taciturna y silente embriagas los cuerpos y los depositas en sus propias tumbas. Sus cuerpos pesados e inanimados vencidos por el sueño y postrados en sus mausoleos oníricos entregados al gran Morfeo. La luna, desde arriba ejerce su poderío y en complicidad con la noche, le da ese misticismo mágico que nos invita al descanso, a las celebraciones y a la locura. Tú, como emperatriz del cielo conoces todos los secretos más guardados de los títeres que aún no mueren.
Y yo, desafiando sus presencias me mantengo aquí, vivo, respirando sin poder penetrar mis propios pensamientos, desvelándome y girando sobre mí ser, todo lo que pude haber hecho y no hice, todo lo que pude decir y no dije y todo lo que dije y todavía nadie escucha.
Aquí retraído del mundo absurdo que se conduce inevitablemente hacia su propia destrucción. Yo aquí divagando en el inframundo, donde todo es confuso, borroso y vacío, sorteando a cada instante mis pasos y permeando las sombras agitadas de los recuerdos que no cesan.
Entregado totalmente al sentir de los humanos, pensando como humano y muriendo lentamente como humano. Bebiendo de mis errores y emborrachándome con mis pasiones. Mirando de frente la calidez de los gestos y las caricias. Pero, sin lograr extender mi mano y alcanzarlos.
Solo, entre tantos cuerpos tumbados y enajenados a la voluntad de Morfeo. Solo y triste, observando tras el cristal que separa el inframundo de lo que queda del mundo real. Ensimismado, absorto; lamentándome por todos mis desaciertos y jugando a la perfección de mis sentimientos por encima de lo que realmente soy y de lo que realmente siento.
Sigo aquí, como ya desde hace mucho tiempo intentando conciliar lo que soy y lo que realmente pienso, buscándole el sentido a lo que a diario estoy viviendo.
Aquí estoy señora noche, estoy aquí amada luna, desafiando al carrusel que ya acaba mi cordura. Apiádense de mí en esta noche de penumbras. Y donde quiera que esté, van allá y le acurrucan, apretándole contra sus pechos y susurrándole al oído, las cosas que de mis labios no ha escuchado nunca.
(c)(r) Edgar Pérez
#MiExtrañoMundoParalelo
18 PENUMBRA
La noche, mi amiga inseparable y compañera auténtica en mis desvelos y mis insomnios. Serena, taciturna y silente embriagas los cuerpos y los depositas en sus propias tumbas. Sus cuerpos pesados e inanimados vencidos por el sueño y postrados en sus mausoleos oníricos entregados al gran Morfeo. La luna, desde arriba ejerce su poderío y en complicidad con la noche, le da ese misticismo mágico que nos invita al descanso, a las celebraciones y a la locura. Tú, como emperatriz del cielo conoces todos los secretos más guardados de los títeres que aún no mueren.
Y yo, desafiando sus presencias me mantengo aquí, vivo, respirando sin poder penetrar mis propios pensamientos, desvelándome y girando sobre mí ser, todo lo que pude haber hecho y no hice, todo lo que pude decir y no dije y todo lo que dije y todavía nadie escucha.
Aquí retraído del mundo absurdo que se conduce inevitablemente hacia su propia destrucción. Yo aquí divagando en el inframundo, donde todo es confuso, borroso y vacío, sorteando a cada instante mis pasos y permeando las sombras agitadas de los recuerdos que no cesan.
Entregado totalmente al sentir de los humanos, pensando como humano y muriendo lentamente como humano. Bebiendo de mis errores y emborrachándome con mis pasiones. Mirando de frente la calidez de los gestos y las caricias. Pero, sin lograr extender mi mano y alcanzarlos.
Solo, entre tantos cuerpos tumbados y enajenados a la voluntad de Morfeo. Solo y triste, observando tras el cristal que separa el inframundo de lo que queda del mundo real. Ensimismado, absorto; lamentándome por todos mis desaciertos y jugando a la perfección de mis sentimientos por encima de lo que realmente soy y de lo que realmente siento.
Sigo aquí, como ya desde hace mucho tiempo intentando conciliar lo que soy y lo que realmente pienso, buscándole el sentido a lo que a diario estoy viviendo.
Aquí estoy señora noche, estoy aquí amada luna, desafiando al carrusel que ya acaba mi cordura. Apiádense de mí en esta noche de penumbras. Y donde quiera que esté, van allá y le acurrucan, apretándole contra sus pechos y susurrándole al oído, las cosas que de mis labios no ha escuchado nunca.
(c)(r) Edgar Pérez
#MiExtrañoMundoParalelo
