El miedo a volar puede ser una fobia en sí misma, sustentada generalmente por la posibilidad de sufrir un accidente; un riesgo que, sin embargo, es menor que en cualquier otro medio de transporte, especialmente el coche. En ocasiones, sin embargo, la aerofobia tiene otros componentes que pueden agravarla, como es la claustrofobia o el miedo irracional a la altura (acrofobia).
El miedo a volar puede ser una fobia en sí misma, sustentada generalmente por la posibilidad de sufrir un accidente; un riesgo que, sin embargo, es menor que en cualquier otro medio de transporte, especialmente el coche. En ocasiones, sin embargo, la aerofobia tiene otros componentes que pueden agravarla, como es la claustrofobia o el miedo irracional a la altura (acrofobia).
