Bielorrusia
La bautizada por occidente como 'última dictadura de Europa' dura ya veinte años. El pasado 20 de julio se cumplieron dos décadas desde que Alexandr Lukashenko, todavía en el poder, fuera proclamado Presidente de la República de Bielorrusia. Se trataba del primer presidente electo de una república que nació tres años antes, en 1991, resultado de la desmembración de la Unión Soviética.
Según Freedom House, sólo durante el año 2013 fueron arrestados 45 periodistas y bloggers mientras intentaban cubrir protestas u otros acontecimientos políticos. La libertad de prensa y de los medios de comunicación audiovisuales en Bielorrusia es prácticamente inexistente.
La censura sigue siendo estricta y a las agencias de información extranjeras se les obstaculiza la entrada al país
La bautizada por occidente como 'última dictadura de Europa' dura ya veinte años. El pasado 20 de julio se cumplieron dos décadas desde que Alexandr Lukashenko, todavía en el poder, fuera proclamado Presidente de la República de Bielorrusia. Se trataba del primer presidente electo de una república que nació tres años antes, en 1991, resultado de la desmembración de la Unión Soviética.
Según Freedom House, sólo durante el año 2013 fueron arrestados 45 periodistas y bloggers mientras intentaban cubrir protestas u otros acontecimientos políticos. La libertad de prensa y de los medios de comunicación audiovisuales en Bielorrusia es prácticamente inexistente.
La censura sigue siendo estricta y a las agencias de información extranjeras se les obstaculiza la entrada al país
Bielorrusia
La bautizada por occidente como 'última dictadura de Europa' dura ya veinte años. El pasado 20 de julio se cumplieron dos décadas desde que Alexandr Lukashenko, todavía en el poder, fuera proclamado Presidente de la República de Bielorrusia. Se trataba del primer presidente electo de una república que nació tres años antes, en 1991, resultado de la desmembración de la Unión Soviética.
Según Freedom House, sólo durante el año 2013 fueron arrestados 45 periodistas y bloggers mientras intentaban cubrir protestas u otros acontecimientos políticos. La libertad de prensa y de los medios de comunicación audiovisuales en Bielorrusia es prácticamente inexistente.
La censura sigue siendo estricta y a las agencias de información extranjeras se les obstaculiza la entrada al país
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