Protagonizando tu vida...
Para pasar del látigo a la caricia, no solo es importante tomar consciencia de lo que te dices, sino también lo que valoras y exteriorizas de ti al mundo y cómo te posicionas y te dejas tratar por los demás. Cada vez que te quitas valor o te haces a un lado, le das la razón al látigo y te alejas de las caricias.
Esto puede darse se formas muy sutiles y que tenemos muy normalizadas, así que veamos varios ejemplos:
Cuando te ha ocurrido algo que te ha emocionado o enfadado, se lo vas a contar a alguien, pero piensas "da igual, no le voy a molestar con esto, no es tan importante".
Cuando decides que sí vas a contarle lo que te ha pasado a un amigo/a y empiezas diciéndole "es una tontería", cuando es algo que te importa o afecta.
Cuando acabas de contárselo y dices "me callo ya que he hablado demasiado, menudo discurso te he soltado".
Para pasar del látigo a la caricia, no solo es importante tomar consciencia de lo que te dices, sino también lo que valoras y exteriorizas de ti al mundo y cómo te posicionas y te dejas tratar por los demás. Cada vez que te quitas valor o te haces a un lado, le das la razón al látigo y te alejas de las caricias.
Esto puede darse se formas muy sutiles y que tenemos muy normalizadas, así que veamos varios ejemplos:
Cuando te ha ocurrido algo que te ha emocionado o enfadado, se lo vas a contar a alguien, pero piensas "da igual, no le voy a molestar con esto, no es tan importante".
Cuando decides que sí vas a contarle lo que te ha pasado a un amigo/a y empiezas diciéndole "es una tontería", cuando es algo que te importa o afecta.
Cuando acabas de contárselo y dices "me callo ya que he hablado demasiado, menudo discurso te he soltado".
Protagonizando tu vida...
Para pasar del látigo a la caricia, no solo es importante tomar consciencia de lo que te dices, sino también lo que valoras y exteriorizas de ti al mundo y cómo te posicionas y te dejas tratar por los demás. Cada vez que te quitas valor o te haces a un lado, le das la razón al látigo y te alejas de las caricias.
Esto puede darse se formas muy sutiles y que tenemos muy normalizadas, así que veamos varios ejemplos:
Cuando te ha ocurrido algo que te ha emocionado o enfadado, se lo vas a contar a alguien, pero piensas "da igual, no le voy a molestar con esto, no es tan importante".
Cuando decides que sí vas a contarle lo que te ha pasado a un amigo/a y empiezas diciéndole "es una tontería", cuando es algo que te importa o afecta.
Cuando acabas de contárselo y dices "me callo ya que he hablado demasiado, menudo discurso te he soltado".
