En 2018, y ante múltiples denuncias por la mala calidad de la leche en polvo recibida en las cajas Clap de las que eran beneficiarios directos los niños -según Oxfam un 30% de los menores de cinco años sufre desnutrición en Venezuela-, se abre una investigación que determinó que los productos mexicanos enviados a Caracas no cumplían con los estándares internacionales y, además, tenían un sobreprecio de 112%, por lo que la empresa pagó una abultada multa ante Naciones Unidas.
“Hay un punto en que los funcionarios venezolanos del alto gobierno, incluyendo al Presidente Maduro y la primera dama, Cilia Flores, se dan cuenta de que Alex Saab es un empresario muy audaz, dispuesto a correr riesgos para burlar las medidas económicas impuestas por Estados Unidos para sancionar a Venezuela. Ellos se dan cuenta de que es un operador muy efectivo y además con el aliciente de que cada negocio en que se va metiendo en nombre de la revolución va dando millones de dólares a su propio bolsillo. Entonces se da una simbiosis de intereses personales y del gobierno. Después del lío por la exportación de alimentos de mala calidad, trata de hacer un negocio de petróleo que fracasó y finalmente le encargan la monetarización de los lingotes de oro de la reserva de Venezuela”, explica Reyes.
“Hay un punto en que los funcionarios venezolanos del alto gobierno, incluyendo al Presidente Maduro y la primera dama, Cilia Flores, se dan cuenta de que Alex Saab es un empresario muy audaz, dispuesto a correr riesgos para burlar las medidas económicas impuestas por Estados Unidos para sancionar a Venezuela. Ellos se dan cuenta de que es un operador muy efectivo y además con el aliciente de que cada negocio en que se va metiendo en nombre de la revolución va dando millones de dólares a su propio bolsillo. Entonces se da una simbiosis de intereses personales y del gobierno. Después del lío por la exportación de alimentos de mala calidad, trata de hacer un negocio de petróleo que fracasó y finalmente le encargan la monetarización de los lingotes de oro de la reserva de Venezuela”, explica Reyes.
En 2018, y ante múltiples denuncias por la mala calidad de la leche en polvo recibida en las cajas Clap de las que eran beneficiarios directos los niños -según Oxfam un 30% de los menores de cinco años sufre desnutrición en Venezuela-, se abre una investigación que determinó que los productos mexicanos enviados a Caracas no cumplían con los estándares internacionales y, además, tenían un sobreprecio de 112%, por lo que la empresa pagó una abultada multa ante Naciones Unidas.
“Hay un punto en que los funcionarios venezolanos del alto gobierno, incluyendo al Presidente Maduro y la primera dama, Cilia Flores, se dan cuenta de que Alex Saab es un empresario muy audaz, dispuesto a correr riesgos para burlar las medidas económicas impuestas por Estados Unidos para sancionar a Venezuela. Ellos se dan cuenta de que es un operador muy efectivo y además con el aliciente de que cada negocio en que se va metiendo en nombre de la revolución va dando millones de dólares a su propio bolsillo. Entonces se da una simbiosis de intereses personales y del gobierno. Después del lío por la exportación de alimentos de mala calidad, trata de hacer un negocio de petróleo que fracasó y finalmente le encargan la monetarización de los lingotes de oro de la reserva de Venezuela”, explica Reyes.
